Es la noche. Pablo lleva años soñando con ese momento. Al fin una mujer enredándose a él, una descarga eléctrica y la más placentera de las humedades. Todo está preparado, todo debe ser mágico y especial.
Adriana se asea en un ritual mecánico. Se mira en el espejo y aborrece su vida. En el mismo momento en que Pablo sale a la calle sonriente y el próximo cliente entra en el portal.
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